Conclusiones No Definitivas
La más profunda de las traiciones que puedes cometer contra un hombre. La más mortal de las estocadas. El más sangriento de los golpes. Pordía seguir y seguir pero no tendría sentido, creo que dejo claro el punto.
Para que prometer? Para que dar razones que no son tales, o que faltan a la verdad?
Si hay algo que no hice fué faltarte a la verdad, en todo este tiempo de claros y oscuros. Siempre estuve ahí, estoico, genuino, con todas las visicitudes de mi asquerosidad repentina, para que las vieras de frente y decidieras con ellas en tus manos.
Pero no tú. En tu tumba debe decir que nunca fuíste la más sincera, a pesar de todo.
Y en mes y medio dices saber que tú vida continuó. Já. Podría revolcarme de la risa, creéme. Tú, la que cambia de mejor amiga todos los semestres. Tú, la que vuelve con la cola entre las piernas cuando la realidad pesa más que esa mascara de "estar bien". Tú, la que no sabe diferenciar entre los buenos y los malos chicos, porque nunca ha conocido a los malos de verdad.
Pero ya está hecho, hace meses que lo está. Ya amo la luna de nuevo, con la fría melancolía de épocas anteriores. Ya recuerdo como eran los caminos sin huellas que se pueden transitar. Ya estoy aquí, con los intestinos por fuera y varios kilos más delgado. Cualquier cosa que pasó, pasó.
Así que hazme un favor, y mueréte de una vez. Descansa en la tumba helada de los recuerdos que no quiero recordar. Entregate a los labios de algún tipo alto, rubio y de apellido rimbombante, regalale tu olor dulce como si no fuese un obsequio reservado para los inmortales. Ahoga tus gritos de placer poco experimentado en sus manos egoístas e higienicas.
O mejor aún. Hagamos un pacto. Un pacto para vivir. Será simple. Tu no me vuelves a hablar, y yo hago como que nunca has existido en esta puta vida.
0 comentarios:
Publicar un comentario