María José Martín de la Hoz "Ajo", Micropoetisa.
(Actualizado)
(Si llega aquí mediante un motor de búsqueda, no sea avaro con su visita y dé una vuelta en esta humilde morada, yo se lo agradeceré y quién sabe, quizás encuentre algo mas a lo que ponerle atención)
18 comentarios:
Hola, me gustaría saber donde puedo conseguir el libro en el que aparece este poema. Gracias :D
Puesss... a mí también me gustaría saberlo... D:
Según lo que averigüe es un poema anónimo, así que podría estar en cualquier recopilatorio de tales.
Ok, Muchisimas gracias :D
me encanto!
No entiendo por qué este micropoema circula por internet como anónimo...
Es de Ajo, micropoetisa, y tiene muchos más, todos cautivadores :-))
Alá, ya esta cambiado.
Por cierto, muchas gracias por el dato!
es de Peiu Yávorov. poeta bùlgaro
Según mi búsqueda, Yávorov es autor de un poema que coincide con la primera frase de este, pero muy distinto en su contenido.
La búsqueda por conocer el o la autora del poema que gentilmente has publicado, me trajo hacia ustedes. Gracias por compartirlo.
Hermoso!!
Vi publicada la frase en facebook y me sentí identificada, lamentablemente, no he dado con su autor, para agradecer su aporte, pero gracias por difundirla
La autora es Ajo, el link a su facebook está bajo el poema :)
Me encanto!
Y así todo el tiempo :)
MUY LINDO, PORFAVOR ENVÍENME MÁS INFORMACIÓN...
PEYO YAVOROV
Bulgaria, 1878 - 1914
Y ante mí te detendrás,
en las estrellas, resplandecientes, incomprensibles,
en las flores, serás secreta, aromática… […]
Ante mí, ángel, te presentarás
¡oh felicidad y alegría!
¡oh felicidad y eterna alegría,
Como un vampiro sobre mí te detendrás,
¡oh felicidad y tristeza!
¡oh felicidad y tristeza, y desgracia!
Yo no vivo: yo ardo. Inconciliables
dos almas rivalizan en mi pecho:
un alma de ángel y otra de demonio. En mí
respiran fuego y su ardor me abrasa.
Y arden las dos con llamas, donde toco
aun en la piedra, oigo latir ambos corazones…
Siempre los dos, en todos sitios, obsesivamente
con rostros enemigos se consumen hasta hacerme brasas.
Detrás de mí el viento, a donde vaya,
mis huellas con ceniza cubrirá. ¿Quién podrá conocerlas?
Solitario, yo no vivo, ¡ardo!, y mi rastro
será ceniza en el sombrío infinito.
MOTIVOS DE OTOÑO IV
Callada noche y tinieblas pavorosas...
En ningún sitio luz ni sonido:
casi toca el suelo,
tan bajo pende, el firmamento.
El espíritu sufre angustiado,
la mente vaga a ciegas...
Oh, Dios, manda una estrella
y una voz, ¡aunque sea de un pájaro nocturno!
Amé tu poema! :)
Gracias por publicar y dar a conocer, muy intenso y profundo.
Perdona que te diga pero este relato lo escribí yo. De tinta y sangre, lo regalé a internet hace muchos años ….
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