Yo pienso que si uno pudiera llegar
al fondo de sí mismo, pero
sin autocompasión, sin
falsa solidaridad,
es posible que se encuentre
con el fondo de casi todos
los seres humanos.
Los hombres y las mujeres no somos
mucho más que distintas
metáforas
de lo mismo,
y que de tanto en tanto,
entre eso surgen
monstruos,
tipos asesinos
monstruosos,
pero que son parte de esta
—a veces—
horrible humanidad.
Raúl Zurita